Enamorarse es el estado más agradable e idílico que un ser humano puede atravesar. Sentimos mariposas en el estómago que vuelan alrededor de la cabeza , aunque dure un mes , un año , diez o cien.
Sin embargo , surgen dificultades en nuestra vida cotidiana; En el matrimonio , por desgracia , en ocasiones a uno de los dos se le termina el amor antes que el otro , luego viene el día fatídico cuando te dicen que no hay amor de su parte , que se va.
Tu cabeza explota , por qué su plan de vida junto a la persona que ama desaparece en milésimas de segundo. El corazón roto y tu mente tratando de salvarte del peor dolor de tu vida.
Ahora su mecanismo de defensa a tal dolor comenzará a negarlo todo. Niegas darte cuenta de que las cosas estaban cambiando durante algún tiempo , niegas esos signos y nudos en tu estómago cuando decías que algo andaba mal , lo niegas hasta que lo ves con otra mujer.
Tu cuerpo y tu mente ya no tienen una conexión y nada parece llegar al amor de tu vida para convencerle de que vale la pena quedarse a tu lado.
Ahí es donde cometemos el primer gran error: niegas el dolor
Si niegas el dolor permanecerás en estado de shock durante el resto de tu vida y eso se acumulará hasta que tu cuerpo enferme hasta la muerte.
Cuando esa persona que amamos amenaza con dejarnos o simplemente nos dice que nos vayamos , sentimos que perdemos el control en nuestra vida.
Tus sentimientos y tus emociones quedan a merced de la otra persona , entonces, tratamos de controlar lo único que nos queda , tratamos de controlarnos a nosotros mismos , lo que sentimos, y NEGAMOS el dolor.
¿Qué hacer?
Deja que todo salga , recuerda que eres tú quien está siendo dejado atrás y tú no eres el que está dejando el barco. Concéntrete en tí mismo , lo que sientes , por qué se siente de esa manera , y sólo así , puedes comenzar tu camino a superarlo.
El tiempo cura las heridas parece y puede ser una frase armada , pero es cierto. Sólo el tiempo dedicado a tu favor te ayudará a sentirte mejor.
Qué no hacer
Nunca trate de obligar a ese hombre a ver las virtudes que no quiere ver en usted.
Nunca trate de convencer a nadie que te ame.
Nunca te rindas por alguien que no sabe ver a la gran mujer que se esconde detrás de todas esas lágrimas.