Un truco casero simple pero efectivo para cultivar un almendro a partir de semillas es el siguiente:
Truco del refrigerador:
- Remojo inicial: Comienza remojando las semillas de almendra en agua durante 12 a 24 horas. Esto ayuda a ablandar la cáscara y promueve la germinación.
- Humedad y germinación en el refrigerador: Después del remojo, envuelve las semillas en una toalla de papel húmeda. Coloca las semillas envueltas en la toalla de papel dentro de una bolsa de plástico con cierre hermético. Asegúrate de que la bolsa no esté sellada herméticamente, ya que necesitas un poco de circulación de aire. Luego, coloca la bolsa en el cajón de verduras de tu refrigerador, donde la temperatura es estable pero fresca.
- Revisión periódica: Verifica las semillas cada pocos días para asegurarte de que la toalla de papel esté húmeda pero no empapada. Si está demasiado seca, humedécela ligeramente.
- Germinación: Después de unas semanas (puede variar dependiendo de la variedad de almendra), comenzarás a notar que las semillas han comenzado a germinar, formando pequeñas raíces. En este punto, están listas para ser trasplantadas.
- Trasplante: Luego de la germinación, trasplanta las semillas a macetas individuales con tierra para macetas bien drenada. Planta las semillas con la raíz hacia abajo y el extremo puntiagudo hacia arriba, enterrando la semilla ligeramente en el suelo.
- Cuidado posterior al trasplante: Coloca las macetas en un lugar cálido y soleado. Mantén la tierra ligeramente húmeda, pero evita el encharcamiento. A medida que las plántulas crecen, puedes trasplantarlas a macetas más grandes o al aire libre.