Materiales necesarios:
- Botella de plástico vacía y limpia (puedes usar una botella de refresco de 2 litros)
- Tijeras o cuchillo afilado
- Tierra para macetas
- Semillas de menta o esquejes de una planta de menta existente
Pasos a seguir:
- Preparación de la botella: Lava y enjuaga bien la botella de plástico para asegurarte de que esté limpia y libre de residuos. Retira la etiqueta si la tiene.
- Corte de la botella: Usa las tijeras o un cuchillo afilado para cortar la botella aproximadamente a un tercio desde la parte superior. Este será el punto donde la botella se convertirá en una maceta y la parte inferior actuará como un plato para recoger el exceso de agua.
- Perforación del fondo: Haz varios agujeros pequeños en la parte inferior de la botella para permitir un buen drenaje del agua.
- Añade tierra: Llena la parte superior de la botella con tierra para macetas hasta aproximadamente 3/4 de su capacidad.
- Plantación de menta: Si estás utilizando semillas de menta, siembra varias en la tierra, siguiendo las instrucciones del paquete en cuanto a la profundidad y el espaciado. Si estás utilizando esquejes, simplemente entiérralos en la tierra hasta que las raíces estén cubiertas.
- Riego inicial: Después de plantar las semillas o los esquejes, riega la tierra ligeramente para humedecerla.
- Colocación y cuidado: Coloca la botella de plástico en un lugar con luz solar indirecta y asegúrate de mantener la tierra ligeramente húmeda pero no empapada. La menta crecerá rápidamente y en poco tiempo comenzarás a ver nuevos brotes.
Este truco casero es económico, fácil de hacer y una excelente manera de reutilizar materiales reciclables mientras cultivas menta fresca en casa. Una vez que la planta de menta haya crecido lo suficiente, puedes trasplantarla a una maceta más grande o directamente al suelo si lo deseas.