Cuando pones una hoja de orégano en el fuego, lo que ocurre es que la hoja se seca y se quema, liberando su aroma característico y produciendo humo. El orégano contiene aceites esenciales y compuestos aromáticos que se liberan cuando se calienta, lo que crea un olor agradable y distintivo. Este proceso es similar al que ocurre cuando cocinas con hierbas secas en una sartén o en el horno.
Sin embargo, es importante destacar que quemar cualquier material en un espacio cerrado puede generar humo y olores, lo que puede no ser seguro ni saludable en ciertas circunstancias. Además, es aconsejable poner hojas de orégano directamente sobre una llama abierta, para generar un ambiente agradable gracias a su contenido en aceites esenciales.
Si deseas disfrutar del aroma del orégano en tu cocina, te recomendaría también usarlo en tus recetas culinarias de forma convencional, como condimento en salsas, sopas, carnes, o platos a los que le quieras dar sabor. No es necesario quemar las hojas de orégano para apreciar su aroma y sabor.