La albahaca (Ocimum basilicum) es una planta aromática popular en la cocina y tiene propiedades medicinales. Para asegurarte de que crezca fuerte, bella y exuberante, ten en cuenta los siguientes consejos:
- Luz solar: La albahaca prefiere la luz solar directa. Asegúrate de plantarla en un lugar donde reciba al menos 6-8 horas de luz solar al día.
- Suelo: La albahaca prospera en suelos bien drenados y ricos en nutrientes. Asegúrate de que el suelo tenga buen drenaje para evitar que las raíces se pudran. Puedes mejorar la calidad del suelo agregando compost o materia orgánica.
- Riego: La albahaca prefiere un suelo ligeramente húmedo. Riégala regularmente, pero evita el encharcamiento. Riega la planta en la base para evitar mojar las hojas, ya que el exceso de humedad en las hojas puede favorecer el desarrollo de enfermedades.
- Temperatura: La albahaca es sensible al frío y prefiere temperaturas cálidas. Plántala después de que haya pasado el peligro de las heladas y asegúrate de que la temperatura no descienda por debajo de los 10 °C.
- Espaciado: Planta las semillas o plántulas de albahaca a una distancia adecuada entre ellas para permitir un buen crecimiento. Esto también ayuda a prevenir problemas como el moho.
- Poda: Poda regularmente la albahaca para fomentar un crecimiento más frondoso y prevenir que florezca demasiado pronto. Cortar las flores antes de que se abran puede ayudar a prolongar la vida útil de la planta.
- Abono: Fertiliza la albahaca cada 4-6 semanas con un fertilizante equilibrado, especialmente si estás cultivando en macetas o en suelos empobrecidos.
- Compañeras de cultivo: La albahaca se beneficia de ser plantada junto a tomates, pimientos y otras hierbas. Además, aleja la albahaca de plantas como el eneldo y la rue, ya que pueden afectar su crecimiento.